Exalcalde de El Santuario, Juan David Zuluaga, para Resumen Político 2024
Entrevista Juan David Zuluaga, dic 2024

En su periodo de gobierno le correspondió enfrentar la pandemia por el Covid 19, recién iniciaba su mandato, al ser El Santuario un municipio de vocación agrícola, ¿cuál fue el mayor reto que atendió?
JDZ: “Durante la pandemia generada por el Covid 19 hubo muchos retos para la gente y para los gobiernos, por un lado estaba la premisa de cuidar la salud y la vida de todos, pero por el otro estaban el hambre y las necesidades, que rápidamente empezaron a generar problemáticas igual de difíciles en muchos hogares, porque no podían salir a ganarse el sustento. En el caso de El Santuario que es reconocido por ser despensa agrícola de Antioquia y gran parte del país, tuvimos puntualmente diálogos precisos con las autoridades del nivel departamental, en los cuales expusimos que el municipio tenía dinámicas productivas que no iban a parar de un día para otro, precisamente porque para la gente prevalecen sus necesidades y las realidades puntuales de cada territorio.
Así que uno de los desafíos más importantes a los que nos enfrentamos como sociedad fue encontrar el equilibrio entre una situación muy complicada de salud y una situación económica que generaba de manera alterna, otra pandemia de hambre en muchísimas familias.
También tuvimos momentos complicados durante las marchas en contra del gobierno nacional, los intentos por bloquear la Autopista Medellín – Bogotá, que es un corredor estratégico y empezar a ver la pérdida de productos muy perecederos que afectaban directamente la economía de las familias del campo; afortunadamente los diálogos fueron siempre claros y abiertos y permitieron sortear este escenario que complicaba aún más la situación por la que pasamos.”
¿ Con la gente por El Santuario fue su eje rector de gobierno, cuál de las iniciativas que apoyó su administración hoy lo deja más orgulloso?
JDZ: “Durante los cuatro años de gobierno, siempre tuvimos un principio, sabíamos que las iniciativas, los proyectos, las estrategias, independiente del sector al que pertenecieran, tenían un fin mucho más importante, ganarnos la confianza de la gente, recordarles que en El Santuario podíamos soñar en grande, transformar, avanzar, desde que existiera la voluntad para unir esfuerzos, capacidades y conocimiento; esto porque sabemos que con la confianza vienen muchas cosas positivas. En El Santuario tenemos el honor de contar con una comunidad con mucho arraigo, orgullosos de la tierra y aún más de la gente con la que crecimos, por eso demostrar que lo público también podía ser símbolo de logros conjuntos, de honestidad e integridad, para nosotros fue el pilar más importante durante todo el período.
Como equipo siempre soñamos con que el progreso del municipio pudiera ser evidente para todos, pero además un progreso del que la gente se sintiera parte y con el que pudiéramos sentirnos orgullosos, tanto como nos sentimos de los amigos, familiares y paisanos que brillan en el país y en el mundo por su liderazgo comercial.
Hoy, un año después de haber terminado la alcaldía siento gran satisfacción porque hubo una apuesta muy integral entre la infraestructura, el desarrollo social y económico, sacamos adelante procesos culturales exitosos y reconocidos a nivel nacional, mejoramos los indicadores en educación, tuvimos una Secretaría de Salud exaltada durante cuatro años continuos entre los primeros lugares de gestión y ejecución, los salones comunales, casa del abuelo, espacio público y más de 180 viviendas en la zona urbana y rural fueron un buen punto de partida para pensarnos la calidad de vida de las familias, una segunda y tercera etapa de la Vía Intermedia que transformó la movilidad del municipio, la pavimentación histórica de la vía El Santuario – El Carmen y la nueva plaza de mercado o Centro de Desarrollo Agroindustrial, que se dejó prácticamente financiada en su totalidad, excepto por la obra de ventanería, pero que era una deuda histórica con el campo y con el pueblo; todas estas iniciativas que sacamos adelante gracias al apoyo incondicional y el trabajo de la mano de la gente que fue siempre el pilar, el centro de cada decisión y acción y adicional me permitieron finalizar premiado como uno de los tres mejores alcaldes del país por Colombia Líder, entre más de 600 municipios que tienen entre 20.000 y 100.000 habitantes.”
¿Una vez concluido su mandato, mirando en retrospectiva cúal es la principal enseñanza que le dejó el cargo de alcalde?
JDZ: “Yo sé que va sonar a frase de cajón, pero “hacer el bien sin mirar a quien”, todas las personas que nos hacemos elegir sabemos que hay personas que votan por nosotros porque confían en el proyecto de territorio con el que nos comprometemos y otros que no, pero cuando uno se hace alcalde, entiende que fue elegido para trabajar sin descanso con los que votaron y con los que no, porque las necesidades y sueños de la gente no tienen color, ni partido, ni nada de eso, durante esos cuatro años solo hay un propósito superior de unir y sumar, porque finalmente lo que está en juego no son cuatro años de la vida de un alcalde, sino cuatro años de desarrollo y progreso o de atraso y pérdidas para todo un territorio.
Por eso adicional a trabajar con todos, de la mano de la gente, creo que hay una enseñanza fundamental y es que cuatro años parecen mucho, pero como alcaldes se convierten en un paso muy corto para todo lo que hay por hacer, por eso es fundamental trazar rápidamente las metas y empezar a generar resultados pensando en el corto, mediano y largo plazo, porque si se queda pensando mucho, se pierde tiempo valioso.”
¿Dónde se ve en el futuro cercano, le suena aspirar al congreso, porque eso ha estado en el radar de muchos?
JDZ: “Tengo algo muy claro y es que en el sector público uno está donde el trabajo y la gente se lo permitan. Desde hace muchos años yo entendí que lo que me hace vibrar es trabajar con la gente, andar la calle, conocer historias, realidades y poner mi granito de arena en procesos con potencial de transformar vidas, hasta ahora lo he logrado desde los diferentes proyectos que he asumido, como contralor auxiliar, personero, docente, alcalde y recientemente como Gerente de MANA, una oportunidad que tuve gracias a la confianza del Gobernador Andrés Julián Rendón y que me permitió trabajar junto a un equipo brutal para lograr cosas muy bacanas, como por ejemplo la remuneración económica de más de 6.150 mujeres de los restaurantes escolares.
En el futuro cercano yo veo trabajo, mucho trabajo por Antioquia, por el Oriente, por el país, vienen procesos electorales muy importantes, que van a ser decisivos para todos, así que, después de mi renuncia a la Gobernación de Antioquia estoy listo para trabajar de la mano de personas a las que admiro y respeto profundamente, el expresidente Álvaro Uribe, el exgobernador Luis Alfredo Ramos, líderes, dirigentes, presidentes de juntas de acción comunal, amigos y gente con la que comparto el deseo de ver territorios seguros, con oportunidades para trabajar y sacar los sueños adelante. Y como decían los sacerdotes jesuitas con los que estudié: haciendo las cosas a la mayor gloria de Dios.”
¿Cuál consejo le daría a los actuales mandatarios?
JDZ: “Serían dos consejos importantes, el primero recordar que estar en la alcaldía es una oportunidad que le dio la gente, Dios y la vida, por lo tanto, hay que corresponder con esfuerzo, trabajo y lealtad a esa oportunidad, siendo fieles a los compromisos y a lo que somos, nada más feo que un político saludando y atendiendo a la gente en campaña y luego ni por el despacho pase. Segundo, la alcaldía es un camino de servicio y no de poder, como muchas personas lo entienden, por eso no se deja huella cuando se es el más autoritario, sino cuando se lidera escuchando, estando presente, entendiendo lo que vive la gente todos los días y emprendiendo proyectos de la mano de las personas, proyectos que los motiven a dar lo mejor de ellos y lo mejor de nosotros.
¡La alcaldía es como un viaje cortico, si se despega y vuela bien, se aterrizará mejor!”