No más víctimas, ni revictimización
Por Germán Zapata Vergara
Administrador público
Especialista en Gerencia de proyectos
@GERMANZAPATAV1
gzdistribuciones@gmail.com
Los conflictos armados en Colombia son la disculpa perfecta para acabar con los sueños de nuestros campesinos, romper con su cultura y terminar desplazándolos para que otros intencionalmente o por oportunismo se queden con sus tierras; siempre son en las mismas regiones, así sea por diferentes actores, las víctimas siempre son las mismas y finalmente el interés es el mismo
Sin embargo, después del conflicto armado con las FARC; que bien o mal trae esperanza para más de 8 millones de víctimas; Quien termina revictimiziando casi siempre es el estado. Hay poco interés en reestablecer las garantías al campesino, es mas, advierto una peligrosa amenaza unida entre entidades financieras y grupos armados que terminarán asfixiando al poco campesino que esta en el campo y desplazandolo
Los campesinos, victimas del conflicto armado hoy en su gran mayoría están en las ciudades capitales, ciudades intermedias o cabeceras municipales, es deber del estado repararlas, pero no quedarse con sus tierras, tampoco obligarlos a regresar si no sienten la suficiente confianza ya que el temor esta en sus mentes por la crueldad con la que salieron, muchos de ellos perdiendo a padres, esposa, hijos y parientes cercanos.
Es responsabilidad de los gobiernos en las regiones, identificar las necesidades reales de las víctimas, para que los apoyos y recursos no queden dispersos, sino que por el contrario se concentren todas las fueras en acciones puntuales y contundentes que reparen, den resultados y generen confianza
No puedo ocultar la inmensa tristeza que me genera ver, como la tragedia ocasionada por actores armados, se convirtió en la disculpa del gobierno central para girar grandes sumas de dinero, dónde un gran porcentaje se van en burocracia, en contrataciones con fundaciones para reparar pero que son fachadas perversas, y en inmuebles de oficinas que nada tienen que ver con la verdadera reparación integral. No es con bonos, ni subsidios ni con asistencialismo tibio como vamos a reparar las víctimas, menos con funcionarios que no sirven; poco capacitados para entender a la víctima, pero peor aún revictimizando su honra y dignidad
En Colombia hay 8.376.463 víctimas del conflicto armado, que corresponde al 17 por ciento de la población del país. El 80 por ciento son víctimas de desplazamiento forzado, el 10 por ciento son víctimas de homicidio y el 4 por ciento víctimas de amenazas. Son suficientes razones para trabajar por un país en paz; garantizándoles la verdad y no revictimizar.
El gobierno actual debe ser muy responsable; hacer seguimiento al proceso que avanzó el anterior, y que no puede ser desconocido; la reparación de víctimas y el regreso al campo del que verdaderamente lo debe tener. Las bandas pos desmovilización, están generando nuevas movilizaciones de colombianos fuera de sus territorios, esto es peligroso y muy delicado, no podemos tolerar una víctima más y menos el peligro de revictimizar.
La revictimización es la victimización secundaria o doble victimización; es el proceso mediante el cual se produce un sufrimiento añadido por parte de instituciones y profesionales encargados de prestar atención a la víctima, a la hora de investigar el delito o instruir las diligencias oportunas en el esclarecimiento de lo ocurrido: jueces, policías o abogados entre muchos otros.
Las victimas están inconformes en diferentes regiones del país; los que representan el departamento de Bolívar, se quejan del no cumplimiento de la gobernación, hago un llamado a los gobernadores del país a respetar a los campesinos, a las víctimas y a que seamos serios con ellos y no les mintamos ni engañemos.
La muerte de líderes sociales y sindicalistas no son generadores de confianza ya que en su mayoría son campesinos y esto genera temor en las comunidades; los campesinos reclamando sus tierras no pueden ser callados con las armas; que no sabemos quién las dispara, pero si sabemos quién es el responsable de protegerlos, ¿acaso les quedo grande la seguridad de nuestros campesinos?, ó ¿simplemente los queremos ver en las ciudades o semáforos vendiendo paletas y haciendo piruetas todo por una moneda para llevar a sus familias?.
Nuestras tierras son para cultivarlas, para proyectos avícolas, piscícolas, ganaderos y no pa propietarios inmobiliarios que a base de desplazamiento forzados por paramilitares o guerrilla se quedan con las tierras de quienes las saben trabajar para convertirlas en fincas de veraneantes. Colombia es un país con vocación agrícola, la agricultura es lo que saben hacer nuestros campesinos; no más guerras infundidas para sacar del campo a quienes nunca deben salir de allí, debemos dignificarles su labor, fortalecerlos, subsidiarlos y protegerlos.