Por estos días tan de moda en la opinión pública el tema de los migrantes irregulares en el municipio antioqueño de Necoclí, lo cual se debe mencionar que no es la primera vez ni será la única, ya que nuestras fronteras son fáciles de transitar y en muchos casos es más fácil negociar con funcionarios colombianos que en otras naciones.
Estos migrantes principalmente con nacionalidades africanas y cuyo destino es Estados Unidos, se han convertido en un problema social sumamente grave en el municipio costero a la vez que amenazan la salud pública, el tema de la pandemia agudiza la crisis y la vacunación en Colombia va por un 30% de la población total
Estos migrantes irregulares son en muchos casos víctimas de trata de personas. Quienes conocen las selvas del Darién cuentan como en el tránsito por la selva muchos son robados, las mujeres violadas y muchos otros pierdan la vida a manos de los delincuentes, del hambre o de las enfermedades tropicales
Colombia es un país compromisario de la convención o protocolo de Palermo, el cual se firmó con el fin de prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. Este mecanismo no se está cumpliendo y tampoco toda la responsabilidad es colombiana.
Lo que ha día de hoy (agosto 2021) sucede en el municipio de Necoclí, es un problema que no solo atañe a nuestro país, pues estos migrantes que como lo mencionamos tienen como destino Estados Unidos, hacen tránsito por todo centro américa, empezando en Panamá una vez dejan territorio colombiano, es por ello urge activar el protocolo y hacer un llamado a los demás compromisarias del Protocolo